Las normas que rigen la existencia de la Manada-Hermanos son simples. Ama a tus hermanos. Protegerse los unos a los otros y a su tribu con su vida. Buscar el sexo sólo dentro de los lazos de hermandad, o perderás el derecho de vivir. Las leyes son duras, pero justas. O eso es lo que Bear siempre habia pensado. Entonces él y su hermano Lynx capturar un desconocido en las tierras periféricas de la Tribu de dragones de Carwin, un hermano de una manada distante, desterrado de su tribu por el delito de hacer cosas que no debía.
El Dragón intriga a Bear desde el principio, y no sólo debido a su exótica belleza. Sentir interés por ese decadente viejo mundo no se recomienda en esta sociedad post-cambiante. El Dragón es la primera persona que Bear ha conocido, además de él mismo, que es curioso sobre el pasado desaparecido. El parentesco desencadena una atracción prohibido entre ellos. Una atracción que es, si dan a ella, que se castiga con la muerte.
En el espacio de un día, todo lo que le enseñaron a creer a Bear se pone en cuestión, y tiene que tomar una decisión que cambia su vida: seguir la ley, o seguir a su corazón.
Opción 1 // Opción 2
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