Alex Tanner conoce en las más extrañas circunstancias a Sid Jones… es un fantasma en su sofá.
Incoloro, sentimental, parlanchín, romántico y solitario, casi las mismas características de Alex. Claro que la situación no tuvo el mejor comienzo: Alex es un sufrido enfermero en una clínica pública de Londres y los pacientes le hacen pasar por todo: vómitos, insultos, fluidos al azar y asco por ser evidentemente homosexual. Y luego una noche, cansado, con ganas de tomar una copa de vino barato en su sofá y ver Grey’s Anatomy casi se muere del susto cuando alguien a su lado le contesta.
¿Qué hacer en esa situación?
Salir medio desnudo a correr por las calles de un horrendo vecindario en busca de tu mejor amigo, un inmenso y rudo guardia heterosexual, parece ser la respuesta.
Luego Alex decide darle cara a la situación, ¿quien es el fantasma? Un solitario contador, ¿cómo murió? No lo recuerda, ¿qué quiere? Que Alex rescate a su gato.
Y así el cansado enfermero pide vacaciones y va en busca de un pobre gatito trípode (3 extremidades) sin colita y sin oreja. El gato es la cosa que Sid ama más en el mundo y está solo en su inmensa casa sin comida quien sabe por cuantos días.
Y así, Alex y Sid empiezan a conocerse y el encantador gatito hace de pararrayos en su relación de huésped e inquilino.
Y cómo murió Sid es la gran pregunta.
Opción 1 // Opción 2
No hay comentarios:
Publicar un comentario